Conoce otros problemas bucodentales
Existe una amplia variedad de problemas bucodentales y afecciones que pueden afectar a la salud de nuestros dientes y encías. Además de los habituales como las caries y la gingivitis, queremos enseñaros otros diferentes que os pueden surgir.
Tipos de problemas bucodentales
MALOCLUSIÓN
Definimos la maloclusión como la ausencia de una correcta articulación entre la arcada superior y la inferior. Es decir cuando el engranaje o ajuste entre los dientes superiores e inferiores no es correcto.

Comentamos en la primera parte la forma tan peculiar que tienen las caras de masticación de las muelas y cómo están diseñadas para que cada «montañita» encaje en una cavidad específica de la muela antagonista. Cuando esto ocurre así decimos que la oclusión es correcta, pero si no encajan bien en su sitio diremos que hay una maloclusión.
Motivos de la maloclusión
Estos problemas bucodentales se pueden producir por varios motivos, siendo los más comunes:
1)- Que los dientes nos salgan descolocados (girados, inclinados, torcidos) por haber perdido algún diente temporal antes de su tiempo normal de recambio. O bien por falta de espacio en la arcada.
2)- Por la pérdida de algún diente incisivo o molar y no reponerlo en un corto plazo de tiempo, mediante prótesis sustitutoria. En efecto, si por algún motivo, nos han extraído un diente y no lo reponemos, llegará a producirse la inclinación hacia el hueco dejado por el diente, de los que están al lado y la extrusión (salida hacia fuera) del diente oponente (el que articulaba con el). Además perderemos el hueso alveolar que sostiene al diente extraído.
Todo esto traerá como consecuencia una pérdida de la articulación normal, es decir, una maloclusión. Estas ocasionan mayor incidencia de caries, por ser estos dientes descolocados más difíciles de limpiar. También tienen mayor desgaste en el esmalte, al ocluir con zonas diferentes a las normales de masticación.
Por último, destacamos una mayor frecuencia de patología en la articulación temporomandibular (ATM) en personas con maloclusión, que puede incluso ocasionar dolor en los movimientos masticatorios.
BRUXISMO

Es el rechinamiento, realizado de forma involuntaria, de los dientes.
Puede producirse por el día, llamándose entonces apretamiento dental o por la noche o rechinamiento nocturno.
Su causa principal es el estrés, aunque como ya hemos visto, la maloclusión produce también desgaste en el esmalte.
La abrasión que se produce con el bruxismo puede ser tan grande que llegue a desgastar completamente el esmalte en las caras de masticación, lo que dejará al aire la dentina, de color amarillento. Si el proceso continúa puede llegar a afectar a la pulpa dental, con la consiguiente infección, dolor e imposibilidad de masticación. Estamos comprobando una mayor incidencia de esta patología en los últimos años. Debido a una forma de vida más acelerada, en la que el estrés y la ansiedad nos acompañan con frecuencia.
PATOLOGÍA DE LAS PARTES BLANDAS

Existe una gran variedad de lesiones que pueden afectar a los tejidos blandos de la boca: labios, encías, mucosa y lengua.
Lo primero y más importante que debemos tener presente es que, ante la aparición de cualquier lesión, mancha o bulto extraño que observemos en la boca, lo más prudente es acudir a un profesional para que nos diagnostique con prontitud e instaure el tratamiento adecuado.
Es peligroso guiarse por la intuición o por los consejos de los vecinos o amigos. Por bienintencionados que sean, ni automedicarnos sin conocer exactamente la naturaleza del problema que estamos tratando.
¿Cuánto tardan en curarse?
Las lesiones benignas de la boca tardan, por lo general, poco en curar. Debido a que la saliva contiene numerosos elementos que ayudan a resolver estos problemas.
Son frecuentes las lesiones ocasionadas por la alteración del sistema inmunológico o defensas de nuestro organismo, lo que ocasiona la aparición de microorganismos que se aprovechan de esta circunstancia para proliferar en la mucosa bucal. Los más frecuentes son los hongos que producen manchas blanquecinas o enrojecimiento de las encías, con escozor y molestias al comer algunos alimentos.
Son habituales también las heridas ocasionadas por las prótesis removibles desajustadas y la inflamación de la encía o el paladar debido a los gérmenes y restos de alimento que quedan retenidos en las prótesis acrílicas, que son muy porosas. Es necesario limpiar las y desinfectarlas con frecuencia.
Los alimentos excesivamente calientes son fuente de lesiones en los tejidos blandos. Ciertos medicamentos pueden inflamar las encías o dar reacciones alérgicas. En labios y lengua hay que diagnosticar precozmente cualquier lesión que aparezca.
Por fortuna, la mayoría de las lesiones de la boca son benignas y se resuelven fácilmente tras ser bien diagnosticadas. Pero existen algunos problemas bucodentales de carácter maligno que pueden ocasionar un grave riesgo para la vida. Cuando se detectan temprano pueden ser tratadas más eficazmente y con mejor pronóstico final.
PATOLOGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES
Los orificios por los que sale la saliva procedente de las glándulas parótidas están situados en el vestíbulo a la altura de los segundos molares superiores. Los de las submaxilares y sublinguales se sitúan por debajo de la lengua.

Si la saliva está muy mineralizada pueden formarse pequeños cálculos y obstruir la salida de estos conductos. La saliva no podrá salir entonces, produciéndose una hinchazón repentina de la glándula con el consiguiente dolor.
Este proceso hay que diferenciarlo de las paperas, que es una enfermedad vírica que ocasiona inflamación de la parótida, pero que cursa sin dolor y de forma bilateral generalmente, a diferencia del cuadro anterior que suele ser unilateral.
TRAUMATISMOS DENTALES
Los traumatismos dentales podemos clasificarlos según su intensidad o según las estructuras afectadas. Un golpe no excesivamente fuerte en un diente puede ocasionar una luxación del diente, es decir, lo moviliza ligeramente ocasionando dolor momentáneo y a la palpación, así como un leve enrojecimiento alrededor del diente. En pocos días se recupera sin secuelas.

Pero en ocasiones el traumatismo llega a ocasionar una fractura dental que puede ser más o menos grave dependiendo de las estructuras afectadas. Será más leve si solo se fractura el esmalte o, muy ligeramente, la dentina. Pero si es más profunda o llega incluso hasta la pulpa, su tratamiento será complicado, requiriendo inmovilización del diente y, posiblemente, endodoncia del mismo.
Hay traumatismos en los que la actuación del propio afectado o de las personas que están con él en ese momento puede ser determinante para salvar el diente. Me refiero a los casos en el que el golpe ocasiona la pérdida del diente. Si recuperamos el diente perdido y lo trasladamos en un medio adecuado, como puede ser un frasquito con leche o saliva, a la consulta de un odontólogo en menos de una hora, las posibilidades de reimplantar el diente con éxito serán muy elevadas. De aquí la importancia que tiene el conocimiento y la información de las personas que, en un momento determinado, pueden auxiliar de forma muy positiva en estos accidentes.
TRASTORNOS DE LA ERUPCIÓN

Estamos viendo, cada vez con más frecuencia, las dificultades que tiene el tercer molar o muela del juicio para erupcionar de forma correcta en la boca. En un alto porcentaje de casos esta muela se queda retenida, sin espacio para salir, entre el segundo molar y el ángulo de la mandíbula, en la arcada inferior. Esto origina inflamaciones frecuentes de la encía que rodea a la muela.
En otras ocasiones esta muela se encuentra inclinada o tumbada, lo que hace imposible su salida.
Esta circunstancia puede darse igualmente en otros dientes, como los caninos superiores, retenidos por que los dientes que están al lado le cierran el paso o porque han perdido la dirección correcta de salida y están tumbados o torcidos. A veces salen por encima de los otros dientes o pueden quedarse dentro sin posibilidad de salir (dientes incluidos).
Estos dientes incluso pueden no dar trastornos en muchos años o pueden llegar a enquistarse ocasionando patología de los tejidos circundantes. En todo caso, cuando un diente no ha salido por cualquier circunstancia, conviene tenerlo vigilado y hacer un control periódico del mismo.
Por último, señalar que algunas personas tienen agenesia de uno o varios dientes. Es decir, que no se llega a formar el embrión de dicho diente y, por tanto, está ausente en la boca. Este trastorno suele ser de carácter hereditario y es más frecuente en los incisivos laterales superiores y en los premolares.
Si quieres conocer más problemas bucodentales sigue nuestro blog o llámanos al 667 419 693. Estaremos encantados de atenderte.